Mindfulness en la Danza

El presente proyecto nace desde la intención de acercar al mundo en el que tuve la gran oportunidad de crecer y desarrollarme, y en el que a día de hoy formo parte cómo profesional, herramientas que siento me hubiesen sido útiles en el aprendizaje de la danza y el movimiento y que junto con el aprendizaje escolar y el de la vida misma me formaron como persona. Vivimos una etapa de cambio y evolución en la que además de transmitir y adquirir conocimientos como lenguajes musicales , coreográficos, históricos, anatómicos y todo lo que sea necesario para una completa formación y realización de un danzante, observo la necesidad de una atención honda al ser que se expresa mediante su movimiento. La necesidad de unas herramientas transpersonales que se encuentren al alcance de los seres que a través de su cuerpo se manifiestan. Cada vez conozco a más bailarines y músicos en la búsqueda de sentimiento de unión, de fuerza, de protección, y conexión con un mundo interno.

Al igual que en múltiples centros se está integrando la formación práctica de una intervención integral Mindfulness para educación infantil, primaria y secundaria, me parece muy adecuado un programa de dinámicas Mindfulness y dinámicas transpersonales para danza, música y movimiento. Es por ello que he decidido enfocar mi mirada en este sector artístico. Por tanto este proyecto sería idóneo para personitas que se están formando en el ámbito dancístico o cualquier área de movimiento. Un programa que es válido además para docentes, e incluso para y bailarines que ya ejerzan de forma profesional, adaptando el contenido a las características del grupo al que vaya a dirigirse el programa. Aunque me voy a centrar en la danza, este proyecto puede amoldarse perfectamente a la música, al arte dramático o cualquier disciplina artística (canto coral, circo, cine, pintura…)

los bailarines del futuro serán aquellos cuyo cuerpo y alma hayan crecido tan armoniosamente juntos, que el lenguaje natural del alma se habrá convertido en el movimiento y la música del cuerpo humano .El bailarín no pertenecerá entonces a nación alguna sino a la humanidad

Proporcionar herramientas educativas y transpersonales para ayudar a las personas que trabajan en el mundo de la danza y movimiento. Acompañar a maestros, repetidores, coreógrafos, bailarines en formación o ya formados que deseen ahondar con su crecimiento interior y conocer los beneficios que la aplicación de Mindfulness y dinámicas de coaching transpersonal pueden aportar en sus vidas y a su profesión, ya sea presente o futura. Transmitir confianza, consciencia y empatía desde el amor que soy y dar a conocer en este sector el Mindfulness y la meditación es para mí una enorme satisfacción por los beneficios de crecimiento personal y bienestar, que siento que pueden llegar a calar en sus vidas, aportando así, mi granito de arena en mi entorno profesional y personal.

El universo es un todo que no se puede dividir, y todos formamos parte de ello. La felicidad es nuestra verdadera naturaleza, como parte inseparable de ese todo.

 Félix Torán

En el momento que me surge hacer este proyecto, me surgen unas preguntas a mí misma, que decido compartir con colegas de la profesión que ocupan puestos en compañías e instituciones de prestigio y trayectoria, como son: CND (compañía nacional de danza), Víctor Ullate Ballet de la comunidad de Madrid, conservatorio profesional de danza de Burgos y Valladolid, cia de danza Guillermo weiker, entre otros, para conocer cuál es su sentir y su punto de vista desde el puesto que ocupan. Desde aquí aprovecho para agradecer sus respuestas y colaboración inmediata.

Hola a tod@s, estoy desarrollando un proyecto llamado “Mindfulness y dinámicas transpersonales en la danza y el movimiento” Me gustaría pedir vuestra colaboración y saber desde la posición profesional en la que os encontráis que carencias observáis desde una mirada profunda a la esencia de los bailarines o movers como personas. Os invito a contestar unas preguntas cuyas respuestas me ayudaran a seguir perfilando y dando forma a este proyecto contando con vuestra valiosa experiencia y haciendo que este proyecto en el que me embarco tenga un foco más amplio acercándose lo más posible a las necesidades verdaderas y reales que entre todos observamos.

Vivimos una etapa de cambio y evolución en la que además de transmitir y adquirir conocimientos musicales, coreográficos, históricos, anatómicos y todos los requisitos para una completa formación y realización de un danzante, desde mí punto de vista observo la necesidad de una atención honda al ser que se expresa. La necesidad de unas 6 herramientas que se encuentren al alcance de las personas que a través de su cuerpo se manifiestan. Cada vez conozco a más bailarines en la búsqueda de sentimiento de unión, de fuerza, de protección, y conexión con un mundo interno.

¿Qué niveles de bienestar psicológico (vitalidad, autoestima, empatía, satisfacción, competencia…) y productividad personal sientes que hay en tu entorno profesional?

No puedo diferenciar mucho entre mi entorno profesional y otros entornos de mi vida en este aspecto. Veo las mismas limitaciones y virtudes que en la sociedad en general. Lo que sí es cierto es que tratándose de personas que trabajamos con el cuerpo y en un medio creativo y de expresión como es la danza, a veces resulta paradójico encontrar tanta rigidez mental, infelicidad y prejuicios para uno mismo y los demás. Mucho por hacer efectivamente. Guillermo Weiker

En general al centrarse, la enseñanza de la danza en la maestría técnica y artística, observo que los aspectos psicológicos aludidos en tu pregunta dependen totalmente de la personalidad, la educación y bagajes tanto vital como artístico del bailarín. Según mi experiencia con profesionales los niveles de vitalidad son fluctuantes. Dependen de la intensidad en la actividad escénica, la dureza de los ensayos, etc. Aunque algunos bailarines saben manejar su forma de entrenar, son responsables y autosuficientes, otros presentan una actitud conservadora y de baja automotivación a la hora de abordar el trabajo.

La autoestima igualmente depende de la personalidad. La baja autoestima (puntual o continuada) es un grave problema para un individuo expuesto constantemente a las miradas ajenas (y propia; no olvidemos que el bailarín vive frente a un espejo y en muchos casos suele ser un duro crítico de sí mismo.) y a una fácil sensación de fracaso cuando algún aspecto de su actuación no corresponde con sus expectativas. Los bailarines suelen sentir empatía con otros bailarines y muy poca con otros colectivos con los que se relacionan en su ámbito profesional (maestros, repetidores, sastres, 7 técnicos). Incluso a veces la competitividad inherente a su trabajo les impide una empatía completa con miembros de su propio grupo. Ana Noya

Tanto si trabajas en formación con si trabajas con bailarines profesionales, ¿qué niveles de auto exigencia, desvalorización, conflictos personales y en las relaciones observas?

La auto exigencia es mucha. Cristina García

¿Observas carencias de conocimiento y manejo de recursos para la gestión de potenciales problemas de reactividad emocional, ansiedad y trastornos depresivos en el ámbito de las personas que se dedican a la danza?

Muchas, y creo que el ambiente contribuye negativamente. El bailarín profesional a pesar de ser adulto en muchos casos carece de madurez a la hora de gestionar estos aspectos por haber estado fuera de su entorno desde edades muy tempranas (país, amigos, familia, cultura)

Debemos tener en cuenta que es un colectivo cerrado: La dureza del trabajo, horarios, giras, etc. hace que estas personas tengan poco contacto con individuos de otros ámbitos, incluso a veces su círculo personal coincide con el profesional. Ana Noya

No más que en el ámbito de las personas que se dedican a cualquier otro tipo de actividad Cristina García

¿Crees o sientes necesario la integración de dinámicas de relajación, visualización, respiración, concentración y atención plena en el mundo de la danza?

Si, serían herramientas muy útiles en el entrenamiento, ensayos diarios y espectáculos, además de hacer mucho más placentera la experiencia profesional. Ana Noya

Como verás me he centrado en las carencias o aspectos negativos que según mi criterio habría que abordar para mejorar tanto la faceta profesional como personal del bailarín. La realidad no es tan negra, afortunadamente, pero veo a muchos chicos y chicas sufrir en algún momento y eso me entristece. Me he encontrado de todo: bailarines con miedo escénico profundo, baja autoestima continua en gente con mucho talento, buenos profesionales sumidos en la frustración de ver que su carrera se acaba y no saben hacer otra cosa (hecho que acarrea en el momento presente, bajo rendimiento laboral y a la vez paralización a la hora de adquirir formación).

En fin, deseo que estas apreciaciones te sean útiles y no dudes en hacerme más preguntas si así lo deseas.